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Los nueva familia de procesadores Ryzen de AMD han sido un gran éxito desde su lanzamiento el mes pasado, tanto que hay que recordar la extremada dificultad que suponía comprar una placa base para esta plataforma. Tras esto, Intel debería, con razón, estar preocupada. Sin embargo, la compañía ha afirmado que Ryzen no ha afectado los beneficios de la compañía.
Curiosamente, estas declaraciones no concuerdan con los últimos resultados financieros, que si bien generó 14.800 millones de dólares en ingresos durante el pasado trimestre (Q1 2017), lo que supuso un crecimiento del 8 por ciento respecto al mismo periodo del pasado año, la compañía vio como las ventas de procesadores de escritorio desde el lanzamiento de Ryzen cayeron un 7 por ciento, estando la mayor parte del éxito de la compañía en los beneficios generados con la venta de módems a Apple, lo que ha ayudado a maquillar los datos financieros.